Este año… el año que atravesé una guerra, que me dejó quebrada desde el inicio, y que tras ello me enseñó a recoger cada granito de mí esparcido por allí para reconstruirme, partiendo de mi esencia y retomando (también) a mi esencia.
Lo termino bailando sola, frente al espejo, mi música… un día diferente, un día de primavera en verano, en una ciudad desértica, en mi jardín que adoro, en la compañía de mi perra, con mis hijas lejos pero felices, y sabiéndome dichosa por poder cenar con mis padres en salud y aún en este planeta Tierra.
Se va un año que me hizo madurar a lágrimas puras la parte del camino que me faltaba encarar y seguramente entender …
Me atravesaron el alma, me dejaron a corazón abierto, perdí la ilusión de hacer lo que me motivaba más, sentí la ausencia de la lealtad, y en cierta manera tuve que emprender nuevamente y generar más movimientos que seguramente como no antes en muchos años juntos … pero aquí estoy… lo trascendí.
También fue el año que llegué a los cincuenta …. tengo arrugas… mi piel ya no es la seda que era hace décadas atrás … tengo cañas (las cuales pinto) … y tengo años, años de vida vivida y capítulos gozados y llorados, que me representan ….
Y se vienen cambios de todos los colores… los presiento en el aire … y eso hace que sea más consciente de mis presentes … no porque los cambios no sean buenos o me atemoricen … sino porque justamente siento que serán tan grandes que lo que es mi cotidianidad seguramente deje de serlo … y por eso, rindo homenaje a mi presente.
Adiós 2023, cierro esta etapa del todo contigo… te agradezco tu paso y la fortaleza que me diste tras tu paso.
Las fotos que acompañan mis dibujos no son todas de mi autoría. Algunas las he tomado de la Web y agradezco especialmente a sus autores por la compañía y belleza le proporcionan a mis reflexiones. Sería maravilloso poder especificar quienes las han tomado pero me ha resultado imposible llegar a sus artistas.