Evidentemente hay personas sin sabor, otras anodinas, hay otras pueriles, y hay personas que condimentan las relaciones, tanto de amistad, como de pareja, laborales, como simplemente sociales.
Para males, es normal toparse con gente que no le pone gusto a las cosas.
A nivel profesional es extremadamente común, y muy especialmente entre mis colegas, tener reuniones insulsas, donde cualquier toque de singularidad, simpatía o incluso picardía se ve como algo muy raro.
Me gusta condimentar la comida y congruentemente también la vida.
No me gusta aburrirme ni comiendo ni conversando, ni siquiera estando quieta, porque si estoy quieta me gusta hacerlo de cierta manera, a mi manera.
Veo por ahí, sin necesidad de tener los ojos muy abiertos ni ser muy despabilada, que para muchos la sal no es esencial, ni q hablar la pimienta, ya digamos son inexistentes en sus vidas el comino, el laurel, el tomillo, la nuez moscada, el azafrán …
Qué pena me da, verdaderamente hasta tristeza, es tan rico realzar sabores.
Y para ser franca que desesperación pensar en sus parejas, pues que cosa más tediosa un doble sin condimento, una relación insulsa …
muy cierto
Excelente, me encantó
gracias!