Vivimos con el Sol y con la Luna…
Una es la sensibilidad, el romanticismo, la poesía… a ella la percibe la gente intuitiva y sus consejos son sabios.
El otro es la vida misma, la energía, el impulso, el movimiento, incluso la locura…
No se puede vivir sin la una y sin el otro…
El tema es que si no se esta despabilado se pierde tomar conciencia de la importancia de los dos y se enfoca la vida solo hacia el astro rey.
Por eso hay noches de Luna llena que algunos se las pierden y hay otras de Lunas nuevas que algunos se las olvidan.
Mirar el cielo es tan necesario y sublime como mirarse uno mismo.
Hay un grupo selecto de gente que sí lo hace y sabe ver el lado oculto de la Luna.