No le tengas miedo a los cambios.
Tenle miedo a ser reacio a los cambios y por ello no permitírtelos.
Porque si no permites a los cambios fluir en ti, permanecerás en caminos que no te satisfacen, imposibilitando tu capacidad de crecer e incluso de ser feliz.
Los cambios descolocan, por lo general no gustan, movilizan la médula -desde la punta del pie a la punta del pelo más largo de la cabeza- … pero hay que afrontarlos con la frente alta, el corazón bien fuerte y la esperanza mas grande.
Porque detrás de cada cambio hay una posibilidad de estar más cerca de llegar a donde se tiene que llegar … que es nada más y nada menos que a uno mismo.