Este año aprendí a perdonar… a perdonar de verdad.
Se me ocurren tres episodios … pero uno muy especialmente fue un “antes y un después”.
Lo viví con una chica a la que quiero mucho… sin quererlo me lastimó bastante … pero me enseño como nadie el acto de amor de la rectificación sincera (por su parte) y del perdón verdadero (por la mía).
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Saber perdonar es una gracia que requiere un compromiso muy fuerte… no sé si lo poseo a pleno pero si se que lo he experimentado.
Básicamente es ponerse en la piel del otro, sentir como el otro, escuchar al otro, dejar de lado el ego y darse cuenta de la verdad del otro… para así poder entender al otro y perdonarlo con el corazón.