Domingo, 7 y 30 de la mañana… me levanto, me visto despacito para no despertar a nadie y camino hacia el mar.
Todas las ventanas de todas las casas están cerradas… me resulta curioso todos duerman en las horas más alucinantes del día… pero claro está que lo son para mí.
Llego a la playa y ni un ser humano, ni siquiera los surfistas que siempre se me adelantan, las olas rompen como locas, hay una brisa encantadora, el agua salada me moja los pies, me la llevo a la boca y la siento recorrer mi cuerpo como una poción mágica…
Me siento en la arena de esa playa, en la cual tengo tantas historias que por un momento pienso que se tratan de otras vidas, pero no, no, no y no, es la misma vida -mi vida-que ha atravesado varios capítulos…
Consciente de la soledad, la disfruto… pues siempre digo que es tan lindo estar solo cuando se escoge estar solo, como tan triste sentirse solo cuando se escoge estar acompañado.
Pero por un momento deseo aparezca gente… porque sin gente me da miedo meterme en el mar…
Y pienso… como aborrezco el miedo cuando me paraliza, tanto como lo quiero cuando me permite ser valiente ante él.
De repente aparecen personas, pero justo allí levanta el viento, y ya no me tienta bañarme, y ya la playa no es solo mía…
Y pienso… no se puede tener todo en la vida, sino simplemente disfrutar lo que nos da la vida en el momento preciso en el que estamos viviendo.
Sueño con levantarme asi un dia y caminar sobre la arena…que mágico despertar! Lo dices muy bien, no se puede tener todo en la vida, nuestra parte es disfrutar donde estemos y con quien estemos. Linda reflexión!
Gracias, linda semana para ti!