No me va el andar con cosas rotas…
Mi excepción es mi auto «por fuera»… le hago menos caso …
Aun así, no era propio de mi ir con mi puerta sin poder abrir por meses y meses.
Supongo tenía una cierta asociación con situaciones que experimenté al mismo tiempo que se rompió: hermetismos y fastidio.
Pues… pedí hora… me arreglaron la puerta… y no solo eso… también la cerradura del tanque de nafta… que me tenía ligada a una sola estación de servicio.
…
Algo dentro mío, algo muy dentro mío, sabe a conciencia e inconsciencia, lo que hay detrás de esa actitud… y me deja contenta.