Soy una gran observadora de las parejas… en realidad de muchas cosas… aunque también soy muy distraída para otras tantas… supongo mi curiosidad es muy “particular”.
He llegado a la conclusión… de que hay parejas y parejas… como todo en la vida… y con ello no descubrí nada… pero sí que existen algunas que te hacen sentir feliz de que estés sin pareja porque te das cuenta que “no existen”, son forzadas y no hay nada peor que vivir lo que no es… pero hay otras que te dan una sana envidia de la maravillosa conexión que tienen… conexión que con el paso de los años va en aumento…. y te hacen desear experimentar esa misma sintonía algún día para siempre (sí… desear el para siempre también).
He llegado a la conclusión… que para tener una verdadera pareja se requieren premisas esenciales que de no existir agujerean la “nave”.
Y comparto esos ingredientes que desde mi punto de vista son algo así como patitas que deben de estar todas en sintonía para mantener el equilibrio:
Un toque de complicidad (porque eso “terceriza” como ser” y genera sonrisas compartidas), una gran amistad (porque eso permite elegirse todos los días), mucho compañerismo (porque sino cada uno vuela para su lado), un incondicional respeto (que permite cuidar y valorar), indefinible admiración (que engrandece como un cucurucho infinito hacia el cielo y permite ser «uno mismo»), mucha seguridad (para saberse que cuando uno cae el otro te levantara), por supuesto química (que permite los encuentros) y magia (…).
Con todo eso en la vuelta obviamente hay amor… pero hay “amor de pareja”… y no otro tipo de amor con todo eso.
He llegado a la conclusión… de que las verdaderas parejas hacen uno del otro una mejor persona porque se potencian.
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Estaba en el cumpleaños de una amiga hace unos días atrás… viendo a mis amigos como se miraban o no… a muchísimos les conozco sus historias casi por completo… a otros no tanto… pero van pasando los años y en algunos existe una conexión maravillosa que siempre va a más … y me genera una felicidad desmesurada por ellos…. y en otros… no tanto.