
Llevo semanas de extremos… días en los que no he tenido tiempo para comer de lo conectada que estaba hacia mis trabajos y pasiones, y otros días en los que he decidido ni mirar un solo mensaje en el teléfono de lo deseosa que estaba de desconectar del todo… pero en ambos casos días inspiradores…
Me están pasando cosas gratificantes, y estoy en un momento sublime como Madre, Hija y Amiga, soy consciente de ello… y lo agradezco, también sé que es un tiempo finito.
Aprendí a decir que no a trabajos, dineros, personas, programas… a lo que simplemente siento que me distrae o me saca del eje de donde deseo estar, y eso me genera una libertad total de espíritu.
Vivo en un sistema que se mueve como de manera paralela a mí, en el cual entro y salgo cuando deseo, sabiendo que no pertenezco en su totalidad … A veces quiero ser la voz que le muestra a ese sistema que algunas cosas no están bien, porque considero que algo no es justo o no es equitativo, es frívolo o es un sinsentido… y otras veces quiero ser el humilde silencio que posiciona lo que me refleja.
Tengo conversaciones imaginarias conmigo misma y me ilusiona estar frente a un papel para escribir las reflexiones de mis propias conversaciones, por eso busco los momentos (sagrados) para hacerlo, sabiendo que no abundan en mi actual vida, pero gozándolos cuando llegan.
Interpreto mi propia energía como una fuente que requiere de una batería donde mi silencio interior me nutre a mí misma, en la soledad sagrada de los sitios que me arropan.
A veces creo que me conozco de principio a fin… otras veces la vida me asombra y saca versiones nuevas de mí misma que me desafían en un camino sin fin.
Es como si mi vida se compone de horizontes que me llenan de alegría alcanzar, pero que al llegar se transforman en el principio de nuevos caminos que me aumenta la ilusión el transitar… pero siempre, absolutamente siempre, en cada paso que doy me conectan antes que nada con Migo.