Me levante bastante antes de que se escondiera la luna y apareciera el sol.
Había dormido espléndidamente bien, me prepare un café, una tostada con miel, me di una ducha caliente bien larga y me puse a trabajar.
Era uno de esos días que la mente me iba tan rápido que menos de dos horas me valieron como dos días en creatividad.
Siendo muy temprano aún me fui a caminar … iba dirigida a un sitio donde sabía que iba a recibir lo que había venido a buscar a este lugar.
No me cruce en el lapsus de una hora con nadie … salvo al llegar … justo en el lugar más alejado había gente.
Me dio fastidio verles … pero luego … me dio placer.
Ellos formaban parte del paisaje e incluso con sus destrezas me hacían ver la magnitud de las olas.
Estuve cerca de dos horas mirándolos y admirándolos, y cuando estaban quietos y miraban la tierra se me daba por pensar que tal vez también para ellos yo formaba parte del paisaje agreste que veían desde sus propias perspectivas … por lo menos eso desee.