Me levanté, desayuné, me duché, saqué a mi perro, me vestí -sin ceremonia alguna- … era una reunión mas …
Antes hubiera tenido expectativas -porque si lo pensaba mucho no era cualquier reunión- pero ya estaba como curada de espanto.
Pero no fue una reunión más, fue «la reunión» que me hizo darme cuenta porque no encajaba antes en otras instancias, en otros ámbitos, con otras gentes que a mi modo de apreciar estaban encaprichadas en no djarme sentir a gusto, en cerrarme puertas …
Por un segundo me sentí un cisne que había estado tratando de crecer en un lago de patos.
No lo digo por soberbia sino por la certeza de ser consciente de que lo que no había pasado y las espaldas me habían dado, era porque mi vuelo era diferente …
Como siempre … agradecí … se me vinieron a la mente muchas situaciones que si hubieran salido yo no podría volar lo que se me estaba proponiendo en ese momento.
…
Un cisne y un pato son distintos, tienen roles distintos, una belleza distinta, un vuelo distinto … uno no es mejor que el otro … pero el cisne le recuerda al pato cosas que no ve en sí mismo.