Abrí mi parte más hermética.
Lo hice con dolor, pero con profunda convicción…
Necesitaba mostrarme tal cual era, y dejar de esperar un mago lo descubriera.
Pero logré el efecto adverso a lo que quería, mucho más a lo que necesitaba.
Y me di cuenta que mi esencia no importaba.
…
Adiós y gracias las personas que no valoran una apertura…
Adiós y gracias las personas que no pueden estar cuando las necesitamos…
Adiós y gracias las personas tan centradas en sí mismas, que no logran ver el dolor ajeno.