Tengo un cuaderno en donde anoto todo… realmente todo.
Tengo esa costumbre desde que se leer y escribir…
Lo que tengo que hacer, a quien tengo que llamar, las ideas se me ocurren, a donde tengo que ir, cuánto tengo que gastar, como debo hacer algo, las inspiraciones, lo que me apena, lo que me motiva, mis dibujos…
Ese cuaderno es mi gran compañero durante mucho tiempo y lo consulto de aquí para allá y de allá para aquí… bastante más que a mi agenda.
Pero llega un momento en que aparece la última hoja… y es una sensación de quedarme como en un abismo, porque tengo que empezar otro de cero y durante un tiempo ando perdida con el nuevo…
Pero al mismo tiempo es casi como una liberación…
…
Esta vez conseguí uno bastante parecido, con lo cual supongo que a la vista no lo extrañare tanto… y por ende el abismo no será tan alto