Hace unos días sentí la vejez y la debilidad de alguien que quiero mucho.

Pues un perro atacó a Aquiles mientras iba conmigo paseando por la calle.

Agradezco no lo lastimó casi que nada… agradezco no estaban las niñas y por ende no vieron la escena que no fue nada agradable… teniendo en cuenta Aquiles estaba siendo mordido en el cuello e inmovilizado por un perro del doble de tamaño que él y bastante más joven.

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Saqué en limpio algo de ese acontecimiento…

Tenemos una historia compartida, unas vivencias maravillosas juntas, él es parte de nuestra familia.

Siento le he coartado su libertad desde que vivimos en ciudad, él que es genéticamente tan libre… y me da dolor haberlo hecho… pero es tan desobediente!

Su padre (Paco) era el perro alfa de la protectora (tal vez lo siga siendo) y con quien yo tenía una relación mágica de esas escapan a la razón… sus abuelos (Laila & Anjum) formaban una pareja tan complementada que casi no se ve entre humanos.

Perros asilvestrados… con una personalidad muy fuerte, que fueron a parar a una refugio de animales porque quienes dirigían el parque donde vivían y cazaban para comer, no los querían más allí.

Aquiles… me enseño mucho más que mis hijas a ser Madre, porque él fue el primer ser por el cual yo tuve que hacerme absolutamente responsable…

Aun recuerdo estar a días de nacer mi hija mayor y yo internada en una veterinaria con él por un sangrado continuo que tenía en su larga oreja… lo pienso y me río… el veterinario veía mi panza y decía que me tendría que atender a mí si seguía allí, que me fuera, pero no podía dejar a Aquiles… y no lo dejé.

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Hoy tiene casi 12 años, sigue igual de divertido, noble y ágil que siempre, solo que tiene canas y  que los años pasan para todos, incluso para él… aunque no se los puedan ver….

En el fondo y en el principio, me vino bien el susto del ataque del perro, me hizo darme cuenta cuan frágil es su vida, cuanto lo quiero a mi lado y cuan poco preparada estoy para que deje de vivir aquí… y por ende valorarlo mientras continúe a mi lado.

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Yo le puse su nombre al día siguiente que nació… pero sin saber vendría a vivir a casa

Es mi primer saludo todas las mañanas… y nadie ha demostrado ser tan feliz con mi “buenos días” como el…

Aquiles tiene un don especial… sus ojos están en conexión con los míos y los mios con los de él…