Los pájaros, la luz, el buen dormir y el maravilloso clima que se percibe aun sin abrir los ojos…
Cómo no querer levantarse de la cama?
…
Abro la ventana y veo un árbol repleto de hojas… y sonrío… y siento la tranquilidad de haber hecho lo que tenía que hacer… y me digo “ya está”.
Además, es Domingo… y pienso en diez días atrás cuando me dijeron el panorama para esta semana pasada y como pensé que iba a colapsar…
Pero no, no colapsé… la sobrellevé perfectamente e incluso mejor de lo habitual… y ayer también acabó.
Terminó la semana ayer, termino una etapa con el árbol… y a todo lo que termina hay que decirle “adiós y gracias” para poder decir “hola con alegría” a lo que comienza.
Mi exquisito café me dio valor para hacer una “ultisima” cosa que tenía que hacer para “dejar ir” todo lo que no fue… por más que pudo haber sido… por más que fuera injusto que no haya sido… y así continuar en paz.