Estoy de viaje… en una tienda venden unas zapatillas a dos por una.
Un color me fascina el otro menos… pero me vienen muy bien.
Pasan los veranos y uso ambas continuamente, alternándolas según las combinaciones de colores.
Verano pasado… pierdo una zapatilla y no se por qué… dado que espacio no me sobra… decido guardar el par que quedó impar.
Este verano… estoy en mi playa preferida y de repente no encuentro una zapatilla. El tonto de al lado dice que vió un perro se la llevó… me freno para no decirle que realmente es bobo/poco solidario/ mal educado y blablablabla… por no haberme avisado.
Salgo a buscar perro y zapatilla -con amiga y su hijo-… pero nada, el operativo de búsqueda sale nefasto.
Regreso a la mañana siguiente a la misma playa bien de mañana, pensando la marea ya baja y la arena ya sin gente me permitirán encontrarla… pero nada… cero rastro de mi zapatilla.
…
Me queda una esperanza!!
…
Llego a casa por un día… voy corriendo al ropero… tengo el par!! La perdida este verano es la del otro pie a la del año pasado!!!!
Vuelvo a la playa encantada con mis zapatillas de colores diferentes… son tan cómodas… y yo soy tan práctica (algunas veces).