A veces los sueños se concretan.
Se mantuvieron tan firmes en uno y se ha rumbeado tanto hacia ellos… que llegan… o se los alcanza.
Y uno se siente tan… pero tan… pero tan feliz que es casi como volar en un cielo despejado, rodeado de la perfecta Naturaleza con una brisa suave.
En esos momentos uno toma conciencia a pleno del presente, y se siente agradecido hacia todo y todos lo que colaboraron en que uno estuviera donde está, incluso lo aparentemente malo… porque si ello no hubiera sucedido hubieran existido otros rumbos y no se estaría en el mismo hoy.
Además… cuando un sueño se concreta se obtiene mucho más fuerza y alegría para seguir soñando.