Estoy esperando laven mi auto, algo que hago cada muchos meses, que en realidad más que estar ligado a la suciedad está relacionado con la necesidad de cambiar la energía.
Y me traje la computadora, y tengo un documento muy extenso para leer y editar… y la verdad estoy encantada haciéndolo.
De repente me doy cuenta que las horas me han pasado volando, que han entrado y salido decenas de personas, que atrás mío se han tomado muchos cafés y delante mío se ha cargado muchísima nafta.
Que hay un sol divino y yo me siento con un ánimo maravilloso… que la música están pasando me hace mover las piernas y que el olor a jazmín que sale de mi cartera (rocíen «robado” en el colegio) me hace sentir divinamente bien en este símil de escritorio que temporalmente me armé.
Y… viene la chica que me ha lavado el auto a disculparse muchísimo porque no me había visto y me dice que mi auto hace horas está pronto.
La miro y le digo “Tranquila, estaba bien”.
Ella me mira y me dice “Que buena vibra tiene Usted”… lo que me hace sonreírle y decirle “gracias”.
…
No sé que me depara el día de hoy, ni los “mañanas” que me consta vienen moviditos… pero seguramente algo bueno
Estos días se han cerrado muchos círculos y tengo el Alma en paz… así como el auto LIMPIO.