Hace unos años me pusieron un sobrenombre en un grupo al cual pertenecía.
Realmente no me gustaba nada, pero no hubo manera de que no me llamaran así.
Supongo todo se debía a que hacía esas preguntas incómodas (pero con sentido común) que por lo general no se suelen (deben) hacer.
Con el tiempo «descubrí» al personaje y hasta simpaticé con el mismo.
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Hace unos meses un Amigo me puso un sobrenombre.
Me daba un fastidio enorme que me asociara con quien lo hacía, pero no tuve la mínima chance de que lo dejara de hacer.
Supongo que era porque me veía una romanticona impresionante.
Con el tiempo «descubrí» el personaje y vi una parte de mi en él.
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Lo curioso es que ambas mujeres (personajes) son radicalmente distintas… pero aun así son muy amigas entre sí… a pesar (o gracias) a sus diferencias.
Por ende… puedo suponer que las dos habitan con sus modos en mí, por ello no debo desconcerlas y sobre todo saberme que se simpatizan (quieren) por mas que son diferentes.