Voy por la rambla, las nubes grises, el clima templado, el agua parece un espejo…
Veo los barcos en el puertito del buceo… todos mirando hacia el norte… y allí capto la causa de mi estado anímico tan bajo.
Es que no hay viento, y el poco viento que hay no es precisamente pura energía.
A veces me asombro de mi misma y la conexión que tengo con la Naturaleza… aún viviendo en la ciudad…
(…) Entiendo tanto de mí misma cuando observo el ambiente que me rodea…