Durante dos años me produjo “dolor de panza” encontrarme con una mujer… yo sentía que no le caía bien y trataba de evitarla a toda costa.
Como tenía una relación “laboral” con ella, debía hacer todo el trabajo menos la etapa final: presentárselo o hablar, y le pedía a alguien que ese eslabón lo hiciera por mí.
Pero pasó que un día muchísimas cosas se me cayeron encima… tuve un día muy gris.
Ese día quedé tan frágil, que en un flash de ausencia de cabeza, en respuesta a un correo me mando esta mujer -con una noticia bastante complicada para mi trabajo- le contesté “desnudándome” en mi tristeza/ frustración por la soledad sentía de todo lo que me estaba sucediendo.
Y resulta que la vida real te rompe todos los esquemas… los prejuicios… los pre conceptos… y fue así que justamente ella me mando un mensaje personal e inspirador, que me hizo llorar (de emoción), me dio tranquilidad (en el desasosiego) y me dio un mimo (para mi alma).
Mucho para aprender de ese vínculo, de esa apertura, y sobre todo de esa bajada de guardia que permitió un acercamiento entre dos personas.