Mi jardinero cortaba el cerco de mi mini jardín y yo sentía que era una cosa más de las que no quería y estaban pasándome (muy pequeña, pero una más para la “lista”), sin pedirlas, sin buscarlas y dejándome a la intemperie…
Y mi jardinero, que no es cualquier jardinero… sino que es un jardinero sabio… cuando termina me mira y me dice… “soltá”… y agrega algo así como “te quedaste sin un muro verde, se te murió tu perro… pero gracias a eso mira la luz que ganaste, te imaginas la de plantas van a nacer en todos los sitios donde había sombra y pensá que tu perro era viejo y la vida es un ciclo”.
Soltá y confía! … Y continuó:
Confiá en que tu pena pasara porque los ciclos son ciclos y hay que tomarlos con alegría, incluyendo en los mismos a la vida y a la muerte.
Y ante lo impenetrable… soltá… y si vuelve lo soltado es porque era para ti… pero no te ates a la oscuridad, a la muerte o al injusticia… soltá.
…
Es cierto, es necesario confiar que precisamente de las cosas “malas” es de donde surgen las mejores oportunidades, y esas son las que nos fortalecen si las podemos ver y tomar, tanto como si a las que nos altearan las podemos “soltar”.