Debe de haber una sola realidad, seguramente haya “una” sola realidad… como lo mismo “una” sola verdad… pero también hay miradas de esa realidad, como de esa verdad… y tantas como corazones que la sienten, como ojos que la ven, como mentes que la piensan…
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Yo estaba en lo alto del Faro mirando la playa repleta de gente, estábamos con mis cachorras allí felices y muy curiosamente solitas (hasta sin marineros).
No deseaba ni por un instante estar inmersa dentro de esa masividad de personas que miraba abajo.
Nosotras ya nos habíamos dado maravillosos baños en la mañana en una imponente playa casi que desierta, en un estado de libertad casi que inimaginable de acuerdo al lugar y la fecha en que estábamos… pero es que yo tengo mis “escondites”.
Por otro lado, mi inexplicable vértigo allí arriba me generaba la sensación de haber vencido mi miedo, por lo que algo de orgullo en mi misma también sentía…. pues me encanta hacer cosas a pesar de mis miedos cuando esos miedos son injustificados.
El viento fresco del mar que venía directo del Océano me entraba por los poros en el cuerpo y me despeinaba aún más de lo que suelo estar, el olor de la sal, el ruido de las olas, el frescor en la cara… digamos que ocurrían sensaciones externas de libertad que necesito tener para sentirme Yo misma.
Esas mismas sensaciones que generan que me descalce, que prefiera las polleras antes de justos pantalones, que solo me pinte los labios… y que en lo personal hacen que viva tal cual siento y que diga lo que pienso … para mi ese conjunto de cosas es la libertad… o por lo menos lo que yo defino “mi libertad”.
Paradójicamente… la sensación de libertad que en ese instante yo sentía en el Faro, resultaba gracias a estar detrás de unas rejas… pero es que sin esas rejas no estaría autorizada a subir, sin esas rejas no podría asomarme, sin esas rejas yo tendría mayor miedo por el vértigo y casi que seguro no habría podido vencerlo… sin esas rejas no estaría en esas alturas y bajo esas circunstancias tan libres.
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Nada es lo que aparenta ser, nada es lo que debería de ser… sino que todo es simplemente lo que ES para quien lo siente y en el momento en que se vive, pues todo depende de las circunstancias de cada uno.
Por ende, a pesar de las apariencias, se puede estar más libre en el medio de una baranda enrejada que en una playa sin visibles obstáculos físicos pero repleta de comportamientos sociales pre establecidos.