Me sorprendo cada día con el canto de los pájaros, con el viento que cambia…
Me sorprendo cada día con las conversaciones de mis hijas, con las hojas de los árboles…
Me sorprendo cada día con las flores que miro, con los sabores de la comida…
Me sorprendo cada día con las personas que me cruzo, con los corazones de las gentes…
Me sorprendo cada día con las sincronicidades de la vida y con la magia de mi existencia…
Y curiosamente alguien me desea que la vida me sorprenda.
Y yo pienso que le invitaría a que conozca mi sorpresiva vida.