
Hay procesos que producen que las circunstancias cambien radicalmente en uno, y de forma muchas veces revolucionaria generan que nos permitamos desapegarnos de todo aquello que debemos dejar atrás, pero que por una razón u otra nos cuesta y no lo hacemos.
Me viene a la mente lo que supone mudarse de casa, de barrio, de país… o dejar un empleo (lo que podría denominarse una mudanza laboral)… ocasionando tanta ilusión como pereza, tanto miedo como valor… y la posibilidad de poner en conciencia todo aquello que nos escolta, ya sea para agradecerlo dejándolo atrás, o para enfatizar su compañía mirando para adelante.
Hay procesos que permiten cerrar compuertas para abrir otras, como para que de una manera tangible podamos separar capítulos de nuestras vidas y obtengamos ordenes existenciales.