
Escuchaba atenta lo que me decía… por mas barullo había en el lugar
Mi intuición me había dado a entender que era algo sentimental y no laboral lo que le pasaba…
Y cuando me lo dijo, adentro mío me entristecí… pero debo reconocer que egoístamente primero por mi…
Era tan fuera de tiempo lo que escuchaba… digamos más de diez años después… pero a la vez… tan comprensible.
Luego si… también me entristecí por ellos, por todos ellos…
Esa noche, y la mañana siguiente, no pude parar de pensar lo que hubiera significado esa noticia década atrás…
Es innegable que todo tiene su tiempo, por más que los sentimientos permanezcan, pues los mismos no quedan estáticos sino que van mutando, al igual que las circunstancias, las realidades, lo sueños… la vida misma.
Las oportunidades son únicas, las heridas cicatrizan, y los sentimientos se transforman…
Por ello, a no perder las oportunidades, vivir los sentimientos de la forma en que se despliegan, y saber que cualquier dolor fortalece si no nos mata.