
Siete días pasamos aquí… siete días que significaron varias cosas …
Mi equipo a la deriva y en sintonía (también) con la Naturaleza, y conformándola (también)…
Observándola para aprovecharla, así como para cuidarnos de ella, descansar y/o cansarnos..
Bañarnos, no bañarnos, abrigarnos, desabrigarnos, guardarnos, sacarnos, apagar y prender enchufes, tener mas agua, tenes menos luz…
Oler a mar, oler a campo, oler a bosta de vacas que pasaban, paraban, y nos miraban…
Siete días de ver 36oº grados de infinito, de mirar el horizonte en cada ventana, de observar golondrinas, caballos, vacas y el baile de unos árboles muy lejanos.
Escuchando el viento, el cantar de los pájaros, desvelándonos de madrugada por las olas, invadiéndonos las hormigas y comiéndonos la piel los mosquitos.
Tormentas a lo lejos que nunca llegaron, lluvia cercana, estrellas de a miles, amaneceres rojos, atardeceres naranjas.
Tortas de chocolate amargo de deleite, tortillas españolas y comidas nuestras …
Siete días de lágrimas propias y de risas compartidas … de recuerdos que debí asentar … de intrigas e incógnitas que sigo sin saber … de abrir el corazón, a veces también la furia … de dejar pasar el enojo y aceptar el devenir de la vida … de observar las oportunidades que se fueron, que no debieron ser o que simplemente constituyeron capítulos del entrelazado de la vida y aún no se su final.
Siete días… con una noche de luna nueva, donde sucedió algo que me hizo saber que nada seria sin voluntad.
…
La finitud del tiempo, la necesaria presencia en el presente… Ellas y Yo.