
Era como si todo lo que consideraba que debía llevar consigo un ser humano valioso en experiencia y conocimiento lo tuvieras tu.
Y no era que desearas salvar al Mundo sino que lo salvabas en todo lo que se te cruzaba.
Y no era que aceptabas absurdas formas, sino que las rompías.
Te admiré tanto…
Deseé abrirte las puertas de las personas que pudieran darte una mano en tu camino, y estuve convencida que lo tuyo era obra divina.
Te perdoné cada detalle que no estuvo a la altura de las circunstancias para conmigo, porque sentí en todo momento que tu vida tenía un plan tan grande que la pequeñez se te podía pasar por alto.
Me olvidé en el medio de algo… me olvidé de lo que valía yo…. acepté cada agravio (activo o pasivo) que me propagaste porque eras tan glorioso que de un manera muy absurda sentí que no era digna.
…
No hice las cosas bien, jamás debí magnificarte… y viéndolo en perspectiva, tu inteligencia cerebral es brillante, tu empatía con los vulnerables sublime, pero tu inteligencia emocional es escasa, y podes generar destrozos en pequeñas escalas.
Quedé como un territorio que lo alcanzó un misil de guerra…
No obstante, sé que mis tierras se regenerarán, lo sé, pero para ello necesitarán tiempo.
No te guardo rencor, no te guardo fastidio, no te deseo nada malo, más bien te mando luz y en cierta manera me das pena … pero tu vida es tu vida, y la mía es mía.