Había caminado una hora para llegar a un lugar en el que siempre encontraba lo que estaba buscando… a mí misma.
Hace dos años me lo “habían regalado” y se había transformado en “mi lugar”.
Pero… no lo encontré… subía y subía médanos, pero no localizaba el mío.
En un momento hasta miedo me dio… qué sensación más rara… yo que había estado en esos sitios hasta en invierno, cuando no se ve persona alguna a la distancia, y que hacía solo un par de meses lo había visitado…
Decidí regresar… y comencé la caminata hacia el origen.
A los pocos metros, me tentó parar, dejé mis cosas y me di un energético baño en el mar.
Al salir miré hacia mi antiguo lugar y entendí…
Los lugares, como las personas… cambian.
Y en cierta manera yo había estado “atada” a ese lugar, pero en ese momento comprendí que me había “liberado” del mismo.
Ese sitio ya no era mi sitio, y por ende estaba pronta para descubrir nuevos lugares… para encontrarme en nuevos territorios… ni mejores ni peores… tal vez solo simplemente actuales.