Salió del consultorio del medico… ella sabía lo que le iban a decir … por eso iba tranquila…
Pero igual se aflojó … y sumado a su impulsividad se decidió por hacer algo que desde hace un tiempo le rondaba en la cabeza… algo que debería de haber hecho muchos años atrás, pero que no se había dado cuenta hasta hoy de realmente cuanto lo necesitaba.
…
No fue fácil, fue muy duro, no fue lindo, fue muy triste, no se rió, mas bien lloró, no gritó, mas bien le hablaron fuerte.
Pero fue el primer paso de un último paso que le había quedado por hacer, y que desde lo más profundo y sagrado de su existencia humana la tenía trancada…
Quedo expuesta… desnuda de alma, de bronca, de frustración, de dolor, e incluso de ausencia de amor.
Y escucho, no solo hablo… dijo su verdad y sintió la otra verdad…
Porque cada uno posee su verdad… y no hay soberbia más grande que sentirse el dueño de “la verdad”… y no hay posibilidad alguna de conciliar sin escuchar las otras verdades.