Todos los miércoles, a la misma hora, se reúnen unas personas para preparar un evento importante… estoy invitada siempre… pero nunca puedo ir.
No es que este miércoles “pudiera” ir… más bien hice lo imposible para ir y así poder dejar de pensar en lo que estaba pensando.
Pero llegué y por vez primera la reunión se había suspendido
En vez de ponerme del mal humor, regresé a mis pagos y bajé a la playa… había un viento descomunal… tanto pero tanto viento… que pensé volaría, decidí no caminar… desistí.
Era viento del este… el que me gusta a mí, el que “para mi” es puro y cambia la energía.
…
Hay días que más vale dejar pasar el viento por uno… ni siquiera quedar dentro de él… solo saber que está actuando.
Hay días que más vale dejar intervenir al viento por uno… aunque no te permita hacer nada… porque con ello hace todo: limpia tu Alma.