Bien saben los que me conocen que resisto y resisto a deshacerme de mis ropas, porque les tengo cariño, las cuido, las arreglo hasta más no poder y me siento “yo” en ellas…

Tengo un camisón azul de invierno que me acompaño muchísimos años, abrigado pero suave, de puro algodón, cómodo, que cosí cientos de veces en distintos lados…

Hoy descubrí que ya era incosible… cuando me lo saque para ducharme me di cuenta que hasta aquí llego.

Aun no decido si lo recorto para franela o lo tiro, porque si lo guardo para franela me vendrá nostalgia verlo de lo lindo que fue… pero a la vez si lo tiro me quedo si nada cuando la tela es divina y buena.

…

Ay Ay Ay… que difícil es deshacerse de lo que te acompaño muchos años, de lo que quisiste pero ya no es lo que era… que difícil es tomar una decisión correcta sin ser desagradecido y a la vez pensando en lo mejor para uno.