Este año decidí emprender un viaje…
Una vez al mes me marcho a un lugar que no tiene destino geográfico, porque en una especie de espiral me lleva a otros viajes.
Este viaje es el mas impactante he hecho en la vida…. y yo he sido y soy viajera… jamás turista.
Me acompañan personas que están en sus propios viajes y que andan rondando por alli, y nos apoyamos unos a otros en una absoluta y mágica situación… tan inexplicable como real.
Y transcurren los días y pasan los meses… y si bien no se cómo va a terminar este viaje, si sé lo que voy a encontrar… porque tengo confianza en que llegaré a la verdad.
Y la verdad es la búsqueda mas profunda y sublime que puede tener un ser humano que se sienta que no esta de paso en esta vida que Dios nos dio… y yo soy un ser humano de esos.
Pero como para encontrarse con la verdad se transitan océanos y mares de lágrimas, estoy navegando por mis propias aguas.
Y las lágrimas sanadoras no pueden parar de salir del Alma (de mi Alma) como si se tratase de un manantial que nace de las entrañas de las profundidades de mi ser.
Lágrimas que te dejan chicquit@ y a la vez grande… porque somos mínimos y a la vez somos gigantes, si nos medimos con la medida del corazón y nos permitimos abrirnos al amor, empezando por el amor a nosotros mismos.