Me senté tranquilamente en la sala de reuniones.
La empresa con la que me reuniría me «tentaba» de sobremanera y ni que hablar todo lo que iba a hablar y lo que podía venir detrás … mi mente volaba.
Tantos temas de esos que me gustan tanto a mi, y tantos asuntos diferentes de los tantos roles que desempeño…. pero todos bien interrelacionados.
De repente, levanto la visa… y veo… y miro… y me río… no puede ser!!!
Es como que algunas veces las señales van en una dirección in-entendible o demasiado marcada como para no entenderlas… por mas contradictorio parezca.
…
La reunión fue excelente, y me inspiré aún más con la vista.
Al irme, bajando por el ascensor… sentí que el «quid de la cuestión» radica en diferenciar el dejar fluir la realidad del soltar con la mente.