Tomé decisiones muy acertadas en todos esos ámbitos en que la mayoría de la gente suele macanearla…
Seguí mis impulsos más profundos con dirección a mis sueños…
Dejé todo por lo que yo entendía era real y verdadero…
Tuve dos hijas maravillosas que me asombran con sus personalidades y su manera de encarar la vida.
Planté muchos árboles y escribí decenas de cosas…. de ámbitos personales como profesionales… que perfectamente podrían compilarse en diversos libros.
Pero… pero … sin perjuicio de ello… siento que también la erré… sí, que la erré en otras tantas decisiones, en otras tantas instancias que la vida me mostraba caminos muy difíciles que tenazmente (tercamente) igual quise seguir.
A veces me pregunto de dónde soy y no tengo respuesta… porque he sido de varios lados pero de ninguno por entero.
Los momentos típicos de todos yo no los tengo, en cambio tengo una cantidad de momentos atípicos que por lo general la gente no tiene.
Y en la carrera contra el tiempo llega un hoy, y me doy cuenta que tengo que detenerme, y aprender a entender que conseguí lo que nadie suele conseguir, y no logré lo que muchos suelen alcanzar…
Y que sí, que esa es mi vida… y hay cosas que no puedo modificar por más energia, pasión, auto-suficiencia y emprendedurismo me caracterice…
Y tengo que aceptar.
Y que como creo en Dios, lo siento en mi corazón, tengo fe de que al final del camino (mi camino) será un aprendizaje para estar más cerca de lo que mi ser Él creó para ser.
Aunque reconozco que a veces le susurro despacito y le pregunto, le cuestiono… por qué me hizo tener que aprender tanto, recorrer diferentes caminos, dar tantas vueltas … y le digo con mucha confianza que tal vez un poquito menos, me hubiera dado un poquito más de paz …
Pero al instante de mi pregunta, me doy cuenta que es un sin sentido preguntarle…. porque se que atrás de todo, y al principio de todo, nada ocurre al azar, y por más libertad tengamos -por mas libre sea yo-, tengo un camino que recorrer que tiene la justa medida del tipo de persona nací para ser.