
Es frustrante ver para atrás y corroborar que se perdió una oportunidad…
Darte cuenta que las cosas se dieron para que hagas o digas algo que no hiciste o no dijiste, a pesar de que tuviste las ganas de hacerlo/ decirlo o incluso (peor) la corazonada… es una sensación no feliz.
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Me he pasado muchos meses pensando lo que daría por revivir determinada situación y actuar de una manera diferente.
Meses analizando mis errores, mis miedos, mis tropiezos, mis malas reacciones, e incluso mis malas elecciones…
Y sucedió… mágicamente… que la (segunda) oportunidad (me) cayó… y la vi, y la tome… e hice todo lo que debí hacer antes, pero con la conciencia del hoy… y fue así que la oportunidad pasó… y me quede en paz en lo que respecta a mí.
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A veces la vida nos sorprende con las mismas flores que no supimos oler ayer.
Y puede pasar que por las razones que sean no las podamos ver y volver a perderlas, o apreciarlas de otra manera y atesorarlas ….
En definitiva… no todo el mundo tiene el mismo grado de conciencia… y en eso radica el secreto de tomar o perder.