
Yo tengo una cita en el año …
En el mismo lugar, el mismo día, a la misma hora …
Pero esta vez no iré (presencialmente no estaré allí) … mañana fallare.
…
Creo que la vida a veces hace coincidir cosas para que justamente sepamos elegir, pues si hacemos todo corremos el riesgo de no estar a pleno en nada …
La energía es limitada… la capacidad de focalizarnos también… y el poder optar una necesidad (difícil de llevar a la práctica) si queremos estar por completo en donde estamos.
Pues sí, este año cambié mi cita de siempre por una diferente, más lejana, más misteriosa, más diversa, más compleja… pero también más cercana a mi hoy que a mi ayer.
Dentro siento nostalgia por lo que no elegí, por la cita a la que no acudiré mañana, pero también alegría de haber madurado, de haber sabido no hacer todo, bajo el riesgo de agobiarme y no disfrutar del todo.
Tal vez esto sea una de las enseñanzas que sí ahora aprendí… elegir dentro de lo que me fascina hacer… escuchándome en dónde deseo estar hoy, por más que antes desee estar en otro sitio, y actuar en relación.
…
Hoy estaría durmiendo en ese hotel de ventanas gigantes que miran a las señoras montañas, me acostaría soñando en lo que me depararía mi mañana, a quien me encontraría… pero en vez de ello, elegí estar en mi dormitorio, para en unos días… estar de pleno en otra ventana, mirando otro paisaje, pensando en otros futuros, encontrándome con otra gente… y acercándome mas a mi necesidad presente.