Nada es lo que parece …
Toda mi vida he sido detallista, no me he dado la oportunidad de perder cosas, he planificado y agendado, no me he permitido llegar tarde, cuanto menos equivocarme …

Eso me ha dado muchas cosas buenas, porque la perfección es sinónimo de eficacia. Pero me ha quitado muchas otras cosas aún más buenas, porque lo imperfecto es sinónimo de disfrute.

En los últimos tiempos me he equivocado muchísimo, pero en lo práctico, no en lo profundo.
Soy una maquina de mandar mensajes a personas erróneas, de extraviar cosas dentro de la casa, de perder las llaves (incluso en un contenedor de basura), de equivocarme direcciones, de despistarme manejando, de pasarme de destino, de salir sin paraguas cuando el pronostico prevé lloverá …

Toda esa serie de cosas cualquiera podría catalogar que suceden porque estoy distraída, sin embargo, creo que sucede a la inversa, antes estaba distraída y ahora estoy viviendo mas.

Soy mas humana y en definitiva todas esa tonterías las he podido sanear, y he aprendido a vivir el instante, o en fase de aprendizaje voy, sin tener tanta concentración por preocuparme de las prevenciones.

Seguramente todo tenga un sentido, porque todo se encuentra interrelacionado, no solo lo ambiental con sus ecosistemas, sino nosotros mismos, pero a lo que voy es que permitirse equivocarse, y darse cuenta que aun en un contenedor de basura y sin encontrar un juego de llaves que parecía esencial, siempre uno se puede bañar, perfumarse, ir al cerrajero, hacer un juego nuevo y continuar.

Antes no perdía las llaves pero por previsora casi no salía…