En un plato sopero he puesto semillas de girasol, almendras, avena, nueces, maní, pasas de uva y miel…

Tengo hambre de energía porque estoy cansada…

Es que he puesto tanto de mí en tantas cosas y he visto tan pocos buenos resultados en los últimos tiempos…

Se que las consecuencias finales aun no están en la mesa porque esas se ven cuando uno termina el camino de la vida y en ellas tengo esperanzas… pero en mi presente necesito comer semillas.

 Ayer, tras una reunión de trabajo con una persona extremadamente humana en la que terminamos filosofando sobre la vida … me desmoroné.

Si bien aguanté mis lágrimas cuando salí de allí me escondí en una capilla y empecé a llorar como una niña hasta que me deshidraté.

Le preguntaba a Dios en vos alta cosas que espero que con el tiempo la vida me responda por él.

Y le pedía a Dios en vos alta que si me va a seguir poniendo tanta carga arriba que me de un plus de energía para que aguante sin destruirme… mientas tanto comeré semillas.

 Es que entre una serie de dificultades que están en mí día a día soy una idealista y ser una idealista en este mundo es un verdadero problema.

 Ser idealista es tan absorbente y tan transversal que no solo se ve reflejado en una causa social sino que se aplica en integridad en una continua e interminable búsqueda donde se lucha para que los ideales estén inmersos en todas las cosas que uno sigue y en todas las relaciones que uno mantiene.

 Es una carga tan espantosamente grande ser idealista en un sistema tan egoísta y en un mundo sin valores como el que vivimos que es casi como llevar una cruz.

 Pues el dinero, el poder, el ego, la corrupción son el instrumento y el fin de la mayoría de las personas y el chocar con ellos es casi como tener una actitud suicida.

Evidentemente cada uno es dueño de su propio destino, y yo del mío, y con ello de las decisiones que tomé y escogí.

Pero cierta opción de mi vida que esta íntimamente relacionada con mis ideales, mis principios, mis valores y mi razón de ser, me ha significado renunciar a un sin fin de oportunidades, y si bien me siento a gusto con mi ser por ello, también esa elección incongruentemente a veces me frustra y me obstaculiza… por eso mientras como semillas.