Siempre me gustó manejar pero ahora lo disfruto mas … muy especialmente si voy sola, porque si voy sola además de dejar mis pensamientos volar puedo darme el lujo de escuchar todo el tiempo la misma canción …

Y hoy iba hacia una reunión, escuchando una canción, con el piloto automático del camino que se ha recorrido miles de veces, cuando de repente en el medio de mis ojos y por sobre el trafico loco de la tardecita me encontré con un espectáculo que si lo hubiera hecho un pintor cualquier hubiera dicho que era un exagerado.

El cielo no era normal ni por los colores ni por las dimensiones de las figuras de las nubes … y me daban ganas de bajar la ventanilla en los semáforos y decirle a los demás conductores que lo miraran pues me daba la sensación de que nadie se percataba … como tantas veces pasa en tantas cosas … pero no lo hice porque hubiera perdido la magia de ese “regalo”.

En esos minutos tome conciencia de que “mi” invierno había pasado, cambie la canción y seguí manejando más contenta.